la salida

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martes, 19 de agosto de 2014

A unos días.

De pronto, después de unos meses de correr, de ir de arriba a abajo, de hacer mil y un cosas, te encuentras un año después, a unos días de cumplir años. Para mi cumplir años es un momento en donde hago una retrospectiva de mi año, de lo que he hecho, o no, de lo que quiero hacer, y de lo que necesito para seguir creciendo. Este año que ha pasado, fue complejo, aprendí muchísimo, aprendí a perder, aprendí a descubrir qué realmente vale la pena, y qué necesito para ser feliz. Ahora se dice muy sencillo, pero me costó mucho trabajo, encontrar, encontrarme. Y me costó trabajo porque estaba inmersa en un espiral de narcisismo, egoísmo, mediocridad y mucha confusión. Es bien fácil acostumbrarse a vivir en la oscuridad, es más sencillo vivir en la mediocridad. Es complicado retomar el camino, comenzar a realmente pensar, abrir los ojos. Pero cuando al fin pasa, cuando caminas, te detienes a mirar tu alrededor, miras el cielo, y por fin todo está más claro, no hay sentimiento comparable. Claridad, bienestar. Suspiras. Y de pronto es inevitable que todo mejore, que todas tus emociones sean congruentes, lo que quieres y lo que piensas, y de pronto todo lo que has querido comienza a llegar. La tranquilidad siempre viene después de la tormenta. Pronto, muy pronto cumpliré 26, y celebro, este momento de encuentro conmigo misma. Porque es bien fácil perder el camino, perderse a una misma, pero no es nada sencillo encontrarse, descubrirse, reconocerse, saberse completa una vez más. Y celebro tener siempre la capacidad, la inteligencia, la valentía, y siempre el amor de muchas personas, para ser lo que necesito ser, sin importar lo demás.

jueves, 7 de agosto de 2014

Across the Universe

Pasa 1 año, gira el mundo mil veces, millones de gotas caen de las nubes. Abro y cierro los ojos infinitas veces. Sonrío, lloro, me enojo, duermo, sueño, suspiro. Camino, corro, abrazo, suelto, quiero, dejo, deseo, espero, me detengo. Pasa más tiempo, mil plantas crecen, sus hojas se hacen cada vez más verdes, los pájaros cantan todas las mañanas. El sol sale, se esconde, brilla, se esconde; llega la luna, crece, se va, brilla, se va. El viento me despeina, me peina, me asusta, me calma, el viento se va. Pasa más tiempo, olvido entonces la oscuridad, olvido la intranquilidad, olvido la decepción, olvido la confusión. Pasa más tiempo sonrío otra vez, respiro profundamente, pinto, leo, escribo, bailo. Pasa tiempo, y el mundo sigue girando, yo sigo sonriendo, y el cielo es más azul que nunca. Las nubes juegan en el paisaje perfecto, compuesto de mil sueños nuevos, más decisiones, más anhelos. Porque el mundo gira, el tiempo pasa, mi sonrisa cambió también, para bien.





domingo, 3 de agosto de 2014

Entre edificios y árboles, la ciudad.

Estábamos sentados en el escenario más extraño posible, edificios altos modernos y árboles que solo con ayuda del viento imponían su presencia ante los rascacielos y los increíbles ventanales que los componían. Nos sentamos a mirar esta modernidad falsa, árboles introducidos en medio de museos, cines, teatros, para que por un momento se respirara un aire falso de libertad. Ahora así será nuestra ciudad, pensamos. Una ciudad polarizada siempre. Donde los coches fluyen entre vendedores ambulantes y boutiques de diseñadores reconocidos. En donde la gente camina entre tiendas carísimas y camiones destartalados. Esta ciudad siempre confusa, caótica, siempre llena de atardeceres llenos de contaminación y de tráfico. Pero nos sentamos a observar la incongruencia de este escenario, y después caminamos por horas. Se hizo de noche, y recordé que a pesar de todo, me gusta "re-conocer"mi ciudad. Me gusta caminar y recordar cómo era antes y como es hoy en día.

Nos gusta la perplejidad que nos produce esta ciudad, nos gusta que nos impresione, que nos confunda. Nos gusta saber que en esta ciudad, jamás dejaremos de sorprendernos.