la salida

la salida

lunes, 24 de febrero de 2014

τέλος

Así, como todo; como las estaciones, como la época de lluvia, como los copos de nieve, como el calor del verano, como el invierno, como el otoño, como todo ciclo en la vida; se acabó, se acabó tu sonrisa, la mía, nuestras manos juntas, nuestras interminables horas jugando, nuestras noches juntos, nuestra lista de cosas por hacer, tus manos apretando mi cintura, tus ojos viendo directamente los míos, tu manera tan extraña de acomodar tu cabello de lado, las interminables discusiones, los celos, los rencores, las necedades... Todo acabó como la noche misma en que nos conocimos. En la que decidimos ser cómplices de una misma sensación, de la misma idea, del mismo deseo. 

Ingenuidad, quizás, o simplemente la mejor decisión: el final. El final de un tiempo compartido, de un momento en nuestras vidas, de un instante consumido siempre por nuestros impulsos, por nuestras ganas de cambiar, de conocer, de saber, de tener, de querer. 

Así como todo, esa historia también ya pasó...

domingo, 9 de febrero de 2014

Nombre

El otro día platicaba con un señor...le pregunté su nombre, me contestó. Inmediatamente me dijo: " sin nuestro nombre, ¿quiénes somos?" Yo entrevisté a tanta gente en esos días que su respuesta me tomó por sorpresa, así que abrí un poco más mis ojos, lo miré y al ver mi sorpresa, continuó: "Somos por ese nombre, construimos todo alrededor de ese nombre...no es algo que me cambiaría, no es algo que olvidaría..." Terminamos la entrevista, con otro tipo de temas que en este momento no son importantes. Pero ese día y hasta hoy me dejó pensando mucho, en eso, un nombre. Cómo pronunciamos ese nombre, cómo recordamos ese nombre, cómo saboreamos ese nombre. Ese nombre implica todo. El nuestro, o el de alguien más. Sabes que nadie podrá pronunciar ese nombre como tú, nunca con la misma entonación, nadie dará el mismo significado a ese nombre. Porque nadie ha vivido lo mismo que tú, contigo mismo, ni con otras personas. El nombre entonces, se vuelve esa consumación de la persona, se vuelve la persona misma, y cuando la mencionas, para ti, ese nombre es único, a pesar de que inevitablemente hay miles de personas que se llaman así. Entonces tenía razón, ese señor...y olvidé su nombre irónicamente. Porque para mi a pesar de que un nombre será la persona, nunca olvido un rostro, un gesto. Y las manos, no sé por qué tengo esa manía de fijarme en ellas, más que el nombre, recuerdo sus palabras, y expresiones. Pero tu nombre...y cómo lo pronunciaba, eso si no se me va a olvidar nunca. 


miércoles, 5 de febrero de 2014

CNA

Una vez fuimos, tú y yo, al CNA. Era tarde, hacía viento y frío, yo me senté a pensar y a escribir. Tú estabas lejos, y yo te pensaba, te pensaba en mi pasado, te pensaba en mi presente y por primera vez te pensaba ya en mi futuro. Mis expectativas ya no eran irreales y vagas, mientras escribía, te observaba y veía, por primera vez, que tú eras esa persona que me acompañaría en mis siguientes sueños, en mis siguientes recorridos impulsivos por la ciudad, en mi búsqueda de nuevos lugares por conocer, nuevos sabores que experimentar y nuevas sensaciones que percibir. Caían las hojas, cada vez hacía más frío, pasaban las horas y yo escribía lo que esperaba que pasara en 10 años,en un cuaderno verde y viejo.

Cuando pasen esos 10 años abriré ese cuaderno, y comprobaré si mis expectativas se han cumplido, y si tú, mi mejor amigo, y mi acompañante, siguen estando en mi vida...

lunes, 3 de febrero de 2014

Lunes

Hay semanas donde no importa qué día es, porque no es importante el día ni la hora. Porque da igual si hay sol, si hay luna. Es de esos días donde sólo presto atención a sus ojos, a sus palabras, a su cabello. Donde sé que él se quejara de algo, para después sonreír y decir que realmente no era tan importante. Donde hará uno de sus tantos comentarios donde sabe que me molestaré, pero pronto jugando, me dirá que mi fruncir de ceño es de las cosas más bonitas que ha visto. Donde la incongruencia se apodera de ambos, porque sabemos que al ser tan distintos no es posible que nos queramos tanto. Porque a pesar de mil vaivenes, solamente nosotros nos sabemos uno, en esta infinidad de momentos, de vidas, de encuentros. Porque nuestro encuentro fue el más inesperado, el más inmaduro, el más incomprendido. Pero de todos los encuentros que habíamos tenido, fue el que detuvo nuestro tiempo, el que detuvo nuestros días, nuestras horas, nuestras vidas. El encuentro que se rodeó de viento, de noche, de tardes largas, de mil sabores. El encuentro que definió qué tanto podíamos ser para el otro, para nosotros mismos. El encuentro que se sabía boicoteado por la vida, por la rutina, por la casualidad, pero el encuentro que permaneció a pesar de cualquier pretensión de perfección. Porque sabernos juntos en estos tiempos, porque entendernos con nuestras historias, porque querernos en el futuro, en el presente, y en el pasado, serán siempre como ese Lunes de nuestro primer encuentro. Ese Lunes donde decidimos descubrirnos, donde decidimos querernos, donde decidimos amarnos, donde decidimos seguir estando.