la salida

la salida

lunes, 14 de julio de 2014

El peso

Esta vez entrelazamos nuestras manos, de una manera sutil, no era un apretón, era simplemente un roce consistente. Fue un momento en donde veíamos una película, y sentí como tu mano y la mía se volvían una. Acariciaba tu mano, y tú la mía. Apoyaste tu cabeza sobre mi hombro y suspiraste. Te apoyaste como esa primera vez hace mucho tiempo, en el metro. No sentí una presión en mi hombro, sentí tan solo esa certeza de que se acercaría ese momento. El momento en que tus labios se acercarían a los míos. Y entonces reconocería el sabor de tus labios. Y entonces me perdería en ellos.
De pronto, en ese instante, dejaste de ser tú y yo de ser yo, y de pronto el peso de tu cabeza dejó de hacerse presente, ya no éramos más dos, éramos uno con el otro. No hay levedad más extraña que ese momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario