la salida

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lunes, 22 de septiembre de 2014

Descubrimiento

Fue un momento de claridad producido por un suceso, que llegó a ella de manera inesperada; tuvo de pronto un momento de insight. A pesar de que mucho tiempo se encontró en  momentos de oscuridad, de no comprender y de creer ciegamente, ahora sabía y descubría quién había sido todo el tiempo. Recordó todas esas palabras y todas las explicaciones que realmente no tenían sentido.

Después de haber regresado a ese cuarto, inhóspito, oscuro, lleno de nostalgia, sabía por fin que todas las veces que se sentía insegura en él tenían una explicación, que la constante duda y preocupación tenían ahora una justificación. Se supo sola una vez más en ese cuarto, solo para por fin, descubrir la verdad, descubrir esa mañana templada, que en ese cuarto, donde la luz se asomaba de vez en cuando porque los árboles parecían colocados estratégicamente para acabar con el último rayo que se lograba filtrar;que en ese cuarto siempre estuvo la explicación que necesitaba. Lloró un poco, le estremecía reconocer por fin, lo que siempre evitó. Pero sonrió, era una sonrisa provocada por la satisfacción de saber que no sería ella quien viviría expectante de la mentira que alguna vez la sofocó, no sería la causante de la frustración inexplicable y no viviría a la espera de ese momento que le enfriaba el corazón y le enfermaba el cuerpo entero de saberse sola en este mundo lleno de confusiones, y ofuscaciones. 

Porque por fin se encontró con el monstruo cara a cara, y en vez de hablarle, sonrió, porque supo por fin, que él era quien era, y ella era ella, y que él jamás cambiaría, pero ella, ella si cambió, y decidió dejar de buscar explicaciones en ese monstruo, decidió enfrentarlo y descubrir que realmente no asustaba, y que su existencia nunca pudo albergar una explicación tan profunda. El monstruo también tenía miedo, y era débil y seguía viviendo en la confusión. Era quien era porque así le sucedió, pero ella ya nunca iba a dejar que este monstruo la atormentara. Decidió salir del cuarto, cerrarlo con llave, decidió dejar al monstruo para siempre. Total, al fin ya ninguno se necesitaba.

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